En esta entrada vamos a hablar sobre los oleatos. En nuestro caso los hemos hecho de romero y de caléndula, aprovechando unas plantas que teníamos en casa. El proceso consiste en la maceración de una planta ya sea fresca o seca en un aceite. Al utilizar plantas medicinales conseguimos que sus propiedades se depositen en el aceite y, proporcionen sus beneficios a nuestros jabones.
El romero es antireumático, sirve contra la lumbalgia y es apropiado para tratamientos capilares y la caléndula nos proporciona hidratación en la piel y tiene acción antibiótica contra heridas o rozaduras cotidianas.
Proceso: se recogen las plantas y se llenan los tarros con ellas, luego se rellenan de aceite de oliva virgen extra hasta el borde y se cierra bien. Dejándolos en un lugar fresco, seco y oscuro durante cuarenta días tendremos listos nuestros oleatos. No olvides agitar los tarros cada cierto tiempo y colar los aceites para culminar con tu trabajo.
Hemos leído en varios sitios distintas formas de hacerlo, con el proceso en frío o en caliente, pero para quien se está iniciando en esto como nosotros, es una forma sencilla de hacerlo.